Andaluces, ¡¡levantaos!!
Cuando en estos días de mediados de octubre uno se asoma a los medios de comunicación, siente pena del peso de Andalucía dentro del panorama nacional. Resulta que el Gobierno Central necesita sacar adelante sus presupuestos y para ello ha pactado con Vascos y Catalanes que, barriendo para adentro, han conseguido un buen pellizco de financiación extra para sus territorios (buenos son los dos para dar algo a cambio de nada).
Andalucía, sin un Partido Nacionalista fuerte (porque así lo han querido los andaluces), no tiene ningún peso político en Madrid y no se le necesita para nada. Además tenemos un Gobierno Andaluz del mismo color político que el Central y es fiel servidor y obediente a ese color. Por ello no es de extrañar que a nuestro Presidente le parezca bien todo lo que viene de Madrid (¿nos acordamos cuando en Madrid había un Gobierno de distinto signo?).
Todo esto tendría otra cara muy diferente si tuviésemos un Partido Nacionalista fuerte, con peso en Madrid, y con el que tuvieran que contar para negociar distintos temas. Entonces podríamos imponer nuestras condiciones y serían bastantes los pellizcos los que vendrían para Andalucía.
Para esto es necesario que, como dice nuestro Himno, nos levantemos y despertemos de este letargo de años que no nos deja ver el futuro y que nos mantiene apartados de donde este futuro se decide.
Pronto tendremos ocasión de dar un paso adelante, DÉMOSLO.
Cuando en estos días de mediados de octubre uno se asoma a los medios de comunicación, siente pena del peso de Andalucía dentro del panorama nacional. Resulta que el Gobierno Central necesita sacar adelante sus presupuestos y para ello ha pactado con Vascos y Catalanes que, barriendo para adentro, han conseguido un buen pellizco de financiación extra para sus territorios (buenos son los dos para dar algo a cambio de nada).
Andalucía, sin un Partido Nacionalista fuerte (porque así lo han querido los andaluces), no tiene ningún peso político en Madrid y no se le necesita para nada. Además tenemos un Gobierno Andaluz del mismo color político que el Central y es fiel servidor y obediente a ese color. Por ello no es de extrañar que a nuestro Presidente le parezca bien todo lo que viene de Madrid (¿nos acordamos cuando en Madrid había un Gobierno de distinto signo?).
Todo esto tendría otra cara muy diferente si tuviésemos un Partido Nacionalista fuerte, con peso en Madrid, y con el que tuvieran que contar para negociar distintos temas. Entonces podríamos imponer nuestras condiciones y serían bastantes los pellizcos los que vendrían para Andalucía.
Para esto es necesario que, como dice nuestro Himno, nos levantemos y despertemos de este letargo de años que no nos deja ver el futuro y que nos mantiene apartados de donde este futuro se decide.
Pronto tendremos ocasión de dar un paso adelante, DÉMOSLO.
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